martes, 25 de enero de 2011

La última partida.

Tenía 6 años cuando ya empezaba a jugar baraja con Elia, mi abuelita.
Todas las tardes se abrigaba con aquella bata roja de franela y me invitaba a jugar canasta mientras nos bebíamos una coca-cola, a veces comíamos semillas de girasol, a veces dátiles. Pero la coca-cola era requisito.
A diferencia de otros niños que solían hacer travesuras, ella me enseñaba a leer las mentiras, los nervios, la emoción en los rostros de las personas que se aventuraban a jugar contra nosotras. 
Siempre fuimos equipo, y siempre me sentí su cómplice fuera de aquellas partidas que solían durar un par de horas.
Tenía 14 años cuando en aquella recámara llena de tubos, agua, medicina, flores y coca-cola, mi abuela me invitó a jugar una última partida de canasta.

Te conocí y...


Ahí estas otra vez... te veo pasar como siempre, con la mirada distraída, con tu particular forma de caminar, sé que estás pensando en algo importante: me lo dice ese gesto que haces cada vez que juegas con tu cabello.
Espero que te detengas por un momento con la esperanza de poder contemplarte un poco más.

Sigues con tu camino y de pronto me imagino ahí, a tu lado, tomándote de la mano, me gusta pensar que esa sonrisa es para mi.
Estoy tan atenta a ti que las conversaciones pierden sonido y toda la gente a mi alrededor desaparece. Y cada vez que tu mirada, sin querer, se cruza con la mía, siento que el tiempo se detiene.

A los pocos segundos, desapareces entre la multitud y espero, como siempre, el siguiente día y hago lo imposible por estar sentada por donde sé tienes que pasar: a veces solo, a veces con otras personas, unas veces sonriendo y otras un poco triste; hay días en que llevas mucha prisa y hay días en que caminas con todo el tiempo del mundo.
Ésos son mis días favoritos.

Pero hoy fue diferente... Hoy pasaste con ella, abrazándola, y esa mujer de cabello negro se veía a salvo bajo tu brazo; te ví cuando, con sólo una mirada, le decías cuánto la querías.
Hoy tenías un brillo especial en tus ojos porque ella estaba a tu lado.
¿Qué tendrá ella que captura toda tu atención?
¿Qué te dio que hoy te ves tan enamorado?
¿Qué hizo que ahora seas tú el que siente que el mundo deja de girar cuando estás con ella?
Sonríes... Perfecto; ese es el mejor momento de mi día... Verte sonreír; y es que me pierdo totalmente cuando lo haces y eso, evidentemente se me volvió adictivo.

Y al verte así, me convencí: quiero ser yo la que te haga perder la cabeza, quiero ser la dueña de todas tus sonrisas, de todas tus miradas, quiero ser yo la que se sienta segura entre tus brazos.
Así fue... Así lo hice... Y ahora eres todo mío.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mujeres + Fútbol

Ahí les dejo a estas niñas que juegan fútbol, para que se echen un taco de ojo:


*Todos los derechos reservados*

sábado, 20 de noviembre de 2010

Un encuentro deseado en un momento inesperado...

Hoy, les voy a compartir esta entrada de Erik, un hombre que conocí en México hace aproximadamente 5 o 6 años... Esto lo escribió en "My Space", poco después de que terminó su relación con su novia (a quien también conocí). Y desde aquel entonces, ha sido un relato que me gusta muchísimo. Espero que lo disfruten tanto como yo:


"Algo me decía que ayer veinticinco de septiembre aparecerías de alguna u otra manera en mi vida. No fue así. 
Las horas pasaron y ningún signo tuyo hubo en él, salvo el recuerdo que diariamente y en todo momento me 
acompaña. Sí, es cierto, me resulta aún muy difícil transitar por la vida sin que tu imagen aparezca en cada 
una de las cosas que durante mis días sin ti suceden. Pero mi intuición de ayer se refería a algo más concreto, 
una llamada, un mensaje, alguna noticia tuya; sin embargo no hubo nada. Este equivocado pensamiento tiene 
origen en algo simple, muy simple, cuya explicación omitiré en este texto por su misma simple naturaleza y 
porque evidentemente resultó ser falaz.
Sin embargo fue hoy cuando inesperadamente te vi de nuevo, después de estas largas semanas de 
ausencia. Cuando regresaba del auditorio y caminaba dirigiéndome a la salida, entre las personas que aún 
permanecían cerca de la cafetería del edificio, vi que alguien se levantó de una silla cuya figura me pareció 
familiar. Para ser honesto, no tuve la certeza de que fueras tú sino hasta que, a punto de descender 
por las escaleras hacia la puerta principal, hice un alto y regresé a despejar mi duda. A través de las rejas 
que separan los elevadores y el cuarto de cafetería finalmente mi suposición fue confirmada; eras tú 
acompañada de la inagotable belleza que te caracteriza.
Mi ritmo cardiaco se aceleró y una especie de angustia invadió mi ser. No te voy a mentir, dudé acerca de 
saludarte o no. Supongo que esa duda es el resultado de la incertidumbre que experimento estando lejos 
de ti; ese no saber cuál será el producto de un nuevo encuentro contigo; o simplemente, quizás un poco 
de orgullo en mi persona. Salí inmediatamente para encender un cigarrillo y caminé para despejar un poco 
mi mente.
Llegué y me paré frente a ti; estabas en el teléfono aún. Entre saludos, comentarios acerca de la recurrente 
coincidencia de vestirnos con los mismos colores y una breve actualización de las últimas noticias de nuestras 
vidas transcurrieron algunos minutos. Estuve nuevamente sentado frente a la mujer que me ha hecho perder la 
cabeza, la que desde hace un mes toma serenamente su tiempo y espacio para estar consigo misma 
mientras reflexiona sobre de la posibilidad de volver a mí. Sentí un gran temor de observar tus ojos y no 
encontrar amor en ellos; y por el contrario, encontrar desprecio.
No era un te amo lo que tus ojos ofrecían a los míos, pero tampoco desprecio. Más bien, encontré en ti a una 
mujer equilibrada, serena, que transita por una etapa en la que se observa y aprende de sí misma. 
Al menos es la impresión que me dio tu actitud. No puedo decir que te vi feliz, pero sí te percibí muy tranquila. 
Me da gusto verte bien, aún cuando yo no tenga que ver en ello.
“¿Cómo estás?”, preguntaste un par de veces. Dije que bien, que no significa que sea feliz. 
Te extraño mucho y me hubiera gustado decírtelo. Nos conocemos casi a la perfección y sabemos que 
ambos tenemos la capacidad suficiente para estar separados poco o mucho tiempo, pero yo no estoy feliz. 
Simplemente estoy bien.
Estar sin ti, hasta ahora, ha sido sentirme incompleto. Me haces falta y hay momentos en los que todo tiene 
un sinsabor particular. Salvo el día de ayer, algo me ha dicho durante todos estos días que esta vez no 
regresarás a mí. Y tu mirada hoy apoyaba esa idea. Sinceramente no creo que vuelvas como lo has hecho 
algunas otras veces; y hasta hoy con ello debo vivir para mantenerme con los pies firmes sobre la tierra."

viernes, 12 de noviembre de 2010

Más sobre mí...


Bueno, antes de proseguir con más historias quiero que me conozcan un poquito más... "Más???" Dirán algunos, verdad @Osornios?
Quiero empezar por decir que me considero una persona MUY explosiva, no suelo pensar mucho las cosas antes de actuar y esto me ha traído muchas tristezas, pero también me ha traído muchas alegrías y experiencias que ya luego les iré contando con más detalle. (Como en la prepa, cuando me escapé de mi casa a las 4am para ir a cantarle las mañanitas a mi mejor amiga)
Soy rencorosa. Muy. Y aunque se ha visto reflejado en mi salud, aún no sé como controlar ese sentimiento tan enorme de querer (a veces) asesinar a una persona... Qué intenso!!! Pero así me pasa (Hace muy poco tuve deseos de contratar a un cholo malandro para que 'accidentalmente' asaltara a alguien...)
Me encanta comer y dormir... Si tuviera que escoger dos cosas para sobrevivir sería definitivamente sushi e internet (Obvio soy Twitteradictísima!)
Disfruto el amor en todas sus formas, posiciones y representaciones... TO-DAS!(Como cuando... No, mejor esa historia la cuento ya más entrados en confianza...Cof, cof, cof!!)
Tengo muchísimos conocidos... Amigos muy pocos, pero últimamente me da mucho gusto poder contar con @shatacamp y @cometowis que aunque están lejos y no hemos convivido tanto, puedo asegurar que podríamos llegar a ser un equipazo de viejas!!! O no?!
Soy muuuuuuy chipil!!! Me encanta cuando la gente se preocupa por mí y debo admitir que soy muy coqueta... (En esta parte también voy a omitir detalles y entraré en materia en otra ocasión)
Hace mucho que dejé de ir a misa, creo que ya soy un caso perdido... Digo, no soy así lo que se dice mala, mala, mala... Pero digamos que mis pensamientos sí son muy pecaminosos, prohibidos y muchas veces hasta censurados
Ahhh, tengo que añadir que soy SÚPER fan de F.R.I.E.N.D.S. y Christina Aguilera... (Les recomiendo Back To Basics, que me gustó un buen!)
Creo que por ahora es todo... Ya con el tiempo se darán cuenta por ustedes mismos de cómo soy... Y empezarán a llover unfollows!

jueves, 28 de octubre de 2010

Sola...

Ayer en la tarde antes de salir de la oficina, me puse de acuerdo con Juan Carlos para vernos en Plaza Boulevares como a eso de las 7:30pm.
Llegué antes para aprovechar y hacer un pago en Telcel... (Ya dije que odio Telcel?)
Y mientras esperaba por el amor de mi vida, a mi lado se sentó una chava de amplias caderas (irrelevante) y esperaba por alguien también... Pasaron algunos minutos solamente y llegó su amiga; se fueron a la taquilla del cine, compraron entradas para alguna película y entraron.
Me dieron ganas de llorar!!!
No. No ando 'en mis días'. Sí. Soy muy sentimental.
Lo que pensé en esos momento es que extrañaba mucho salir con mis amigas. Mucho! Y por alguna extraña razón de la vida, me di cuenta de que esta etapa de mi vida en Querétaro ha sido la más difícil en cuanto a hacer amigos se refiere.
He tratado de salir con mis compañeras del trabajo, pero siempre tienen otro plan (Todas son de Guanajuato, así que los fines de semana no están aquí)
Intenté entrar a algún curso de idiomas los fines de semana, pero ahorita el trabajo me está exigiendo horas extras, así que ya para el domingo estoy harta de la computadora (y el mundo entero) y lo único que pienso es en tener una laaaarga aventura con mi cama, mi almohada y Morfeo...
En eso apareció Juan Carlos, y se me esfumaron los pensamientos momentáneamente... Pero hoy sigo pensando en esto.
Estoy rodeada de gente; y aún así me siento sola...